Por: Julieta Arias González Representa la Manizales católica y conservadora del siglo XX. Es el penúltimo de una familia de 22 hijos. Hoy, a sus cien años que cumplió el pasado 29 de mayo, don Guillermo Gómez Salgado es el único sobreviviente de los obreros que participaron en la hazaña de reconstruir la catedral basílica, cuando en 1926 un pavoroso incendio la redujo a cenizas.
Fue así como el 20 de febrero de 1928, éste tatarabuelo empezó la proeza de levantar a pica y pala una monumental obra de 30.000 toneladas de peso con 2.300 metros cuadrados, hasta una altura de 106 metros, diseñada por el arquitecto jefe de los monumentos históricos de París, el francés Julien Polti, siendo responsables de la construcción la firma italiana Papio Bonarda & Co, formada por Angelo Papio y Gian Carlo Bonarda: “Yo empecé desde las primeras paladas hasta ponerle el pararrayos. Éramos unos 40 obreros los que empezamos a cavar 80 metros abajo del nivel del suelo: 15 eran presos quienes se ganaban 30 centavos diarios y los demás nos ganábamos 50 centavos, entre ellos mi papá y mis 6 hermanos.
Don Guillermo estudió hasta tercero de primaria, lo cual le bastó para haber hecho de su vida toda una leyenda, traspasó las fronteras del siglo XXI y como si el tiempo no pasara, recuerda con plena lucidez: “Yo trabajé en la catedral con un maestro ecuatoriano llamado Josélasso, experto en andamios; esa era una de las mayores preocupaciones de los ingenieros, porque de allí dependía la vida del obrero; sin embargo, un muchacho llamado Andrés Bedoya se vino 5 pisos abajo y cayó sobre el techo de la oficina mía: lo curioso es que tuvo unos leves rasguños y tan solo tres días de incapacidad”.
Pero la hidalguía de los manizaleños se pondría a prueba el 24 de octubre de 1929 (Jueves negro) cuando la quiebra del mercado de valores de Nueva York provocó la caída de la producción, el desempleo masivo y la contracción del comercio mundial:
“Por falta de plata suspendieron la construcción de la catedral, y fue cuando se ofrecieron 3 ciudadanos para pagar $10.000 pesos y así terminarla, lo que eran muchos pesos en ese entonces”. Y resalta con su voz enérgica: “Ellos fueron: Juan Pablo Escobar, Pedro Uribe Mejía, Marco Gómez”. Los trabajos se reanudaron el 7 de febrero de 1935 y la Catedral Basílica fue terminada por completo en el año 1939.
También, periodista
Y como si esta historia fuera sacada de una novela, don Guillermo, tras ver terminada su obra monumental se dedica al periodismo y funda La Crónica, el primer radioperiódico del país. De su paso por la radio no solo conserva intacto sus recuerdos, sino su voz de timbre profundo que cautiva: “Yo tuve una satisfacción muy grande en el programa radial Manizales Musical, y fue haber entrevistado personalmente al doctor Alfonso Ortiz Tirado, tenor y patólogo mejicano”.
Y cuenta entre su infinita lista de artistas de talla mundial entrevistados, al más importante tanguero del siglo XX: “Cuando llegó Gardel a Bogotá el 3 de junio de 1935, yo estaba esperándolo en el Hotel Regina, fue entrando con Rosita Moreno, una actriz muy famosa en ese entonces, estaba rodeado de tres gigantones. Un viejo amigo, cercano de él, me ayudó para entrevistarlo. Cuando entré a la habitación, él estaba sentado pulsando la guitarra. En el momento que me ve se asombra y dice: Hola Gerard, si es un pibe tu periodista. Pregunta, pero con discreción”.
Sevilla en Manizales
En 1957, don Guillermo fue secretario ejecutivo de la Oficina de Fomento y Turismo; para entonces el alcalde de Manizales, Fernando Londoño Londoño, expresó la necesidad de crear un acontecimiento de interés nacional: “Cuando Oscar Hoyos Botero se fue para España a traer los mejores toreros del mundo y cuando regresó dijo: ‘Copiemos la Feria de Sevilla’, y así fue como organicé la primera Feria de Manizales. Recuerdo como una noche el maestro Guillermo González Ospina, poeta de Anserma, mientras tomábamos nuestros aguardienticos habituales, escribió el tema Feria de Manizales, hasta llegar a perfeccionarlo”.
Durante esa feria, don Guillermo conoció a Fabiola Bayer, quien era su secretaria, mujer esbelta, alta, con unos ojos que lo enamoraron, motivo de inspiración para un tema cuya autoría nunca le reconocieron oficialmente: “Tus ojos que contemplo con delicia, tienen el mismo brillo de la aurora, tienen la suavidad de la caricia…”. A pesar de los años, ella de 82 y él con 100 años, sigue tan enamorado como en esos días de antaño.
Este hombre con una vida centenaria, vive en Villamaría (Caldas); del primer matrimonio tuvo sus 4 hijos, de los cuales tiene 9 nietos, 14 bisnietos y 9 tataranietos. Se casó 3 veces más pero enviudaba muy pronto, hasta que conoció a la mujer de los “…ojos de mirar adormecido, tienen la placidez del agua en calma, y muestran en su fondo cristalino, la divina pureza de tu alma…”.
Hoy, en la alborada de su vida, este tatarabuelo caldense se siente orgulloso de dos obras que ya lo convierten en leyenda: “Es un honor inmenso haber sido fundador de la Feria de Manizales y haber trabajado en la Catedral Basílica hasta ser hoy el único sobreviviente de los constructores. Estas son 2 obras en las que se me fue parte de la vida…”.
Guillermo Gómez Salgado, mejor conocido como “El abuelo”, todas las tardes cuenta su excepcional historia en el bingo del parque de Villamaría, allí desde donde divisa con orgullo la imponente Catedral que un día sus jóvenes manos esculpieron para la posteridad.
Oficios y recorrido
Don Guillermo Gómez fue auditor de la Contraloría del viejo Caldas en Manzanares, alcalde de Génova (Quindío), director ejecutivo de Fomento y Turismo, Presidente de la Asociación de Periodistas PAM, director del programa radial Manizales Musical y actualmente es presidente honorario de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales.